miércoles, 4 de noviembre de 2009

Miércoles 4 de Noviembre del 2009


Mi cabeza está hoy igual que el tiempo, llena de nubes, con viento y pronosticando mal tiempo; quizás solo sean estas fechas en que los días se hacen cada vez más cortos o simplemente que es ahora cuando más se acentúa la crisis, sea como fuere, el caso es que no estoy en mi momento más lucido. Las noches se me hacen eternas, sobre todo en aquellas que duermo, ya que mis pesadillas han vuelto con más énfasis que antes. Dieronme una tregua en la que ya casi ni me acordaba de ellas, pero cual agua de mayo han regresado más virulentas que un resfriado en pleno invierno, hacen que hasta me plantee el dormirme y cuando lo hago vencido por el cansancio apenas puedo descansar, me despierto irritado, mal humorado y con el cuerpo dolorido, arrastrando el resto del día mi semblante como alma en pena.

Para colmo no va saliendo nada como yo quisiera (y esta vez no me refiero a mis sueños), me refiero a lo cotidiano, a esas pequeñas cosas que a mí me llenan y me ayudan a afrontar el reto de levantarme por la mañanas; soy un autómata que al repiquetear de una campana se pone en marcha, sin expresar ni un simple gesto o sentimiento por lo que va a hacer, para lo que está programado; porque es así como me veo, cual autómata programado para pasar por la vida, o al menos estos días de viento y nubes. Me planteo el enfocar el camino, retomar algunas cosas del pasado que antes me ilusionaban o emprender otras nuevas; salir algún día con la cámara aplicando aquello que intento aprender con ese pequeño curso que me baje, que a todos los que puedo recomiendo pero que yo mismo soy incapaz de practicar; ¡joder! Veo a los demás que están llenos de ilusiones, de cosas que hacer con su tiempo libre, de risas y alegrías, y después me miro yo, que cada día me cuesta más sonreír. Antes miraba en mi interior y veía o vislumbraba la posible causa de todo esto, hoy por hoy siendo sincero no se que ver ni lo que veo. Con todo esto no le estoy echando la culpa a nadie, se perfectamente que el culpable soy yo, tendría que ser más coherente con mis pensamientos y con aquellas metas que un día me plantee, retomar las riendas de todo aquello y volver a luchar por lo que un día me daba las fuerzas para saltar de la cama y afrontar el día a día con una sonrisa; pero la crisis afecta hasta los sueños y las metas que nos planteamos, no me canso de escuchar a la gente decir, que no son días de emprender nada, son días de guardar la ropa aunque solo sea una camiseta y unas chanclas, porque la tormenta de la crisis no a echo más que empezar, no es el momento, ahora no se puede, ¡hay que esperar!. Pero ya estoy cansado de esperar, ya son muchos años esperando para todo, y al final, al final todo sigue igual; quizás solo sea eso, que me canse y ahora me dejo llevar por las circunstancias, por el momento, por esta mierda de crisis vital, me amolde a lo que tengo y deje de luchar, de plantearme metas o esperanzas para cada mañana, sentándome en un rincón de mi propia existencia a la espera del repiqueteo de esa maldita campana.

Me hago gracia, porque en estos días, rememoro otros pasados mirando fotografías de un joven lleno de ilusiones y metas, un chaval el cual parecía comerse el mundo, un niñato que se jactaba de no hundirse por nada; ¿Dónde se quedo? ¿En qué momento sucumbió por las batallas del día a día? ¿Dónde estás ahora que te necesito?, pero nada, de aquel inconformista lleno de respuestas para todo, dando lecciones de cómo enfrentarse a los problemas, no queda nada; pase de un joven prometedor o un mediocre e insulso personaje conformista con lo que tiene, un mero espectador de mi propia vida lleno de excusas para no luchar por lo que quiere, o mejor dicho, que ya no sabe cómo luchar.

No quiero terminar sin escribir un chiste que escuche a un personaje de una muy buena película(al menos a mí me lo pareció) ese personaje me va que ni pintado, el chiste dice así:


“un hombre muy afligido va al psicólogo en busca de ayuda, -hola doctor, necesito de su ayuda ya, he probado con todo he ido a los mejores medico para que me ayuden con mi tristeza, pero nadie ha podido hacer nada-. El psicólogo que le mira y le dice –está usted de suerte, hoy a llegado el gran circo a la ciudad y en él trabaja el mejor payaso del mundo, dicen que ese hombre es increíble y que hace llorar a todo el mundo de risa, todos salen encantados después de verle-. El hombre afligido le mira y le responde,-vera doctor es que yo soy el payaso del circo-.”

Como siempre digo, esto tan solo son mis pensamientos, que al igual que el tiempo pasaran y vendrán días más despejados, mas soleados y llenos de vitalidad…

lunes, 2 de noviembre de 2009

Lunes 2 de Noviembre del 2009


Bueno ya ha pasado otra semana en la cual si me fijo bien si que puedo afirmar que ha estado llena de sucesos, historias cotidianas llenas de vida; no son como me gustaría que fueran o quizás la realidad es que me hubiera gustado encontrar ese viento que impulse un nuevo rumbo a la nave de mi existencia; pero por alguna extraña razón me siento como un conductor parado frente a un semáforo eternamente rojo, pacientemente esperando el cambio del indicador mientras imagina el camino que le espera frente a él, imaginando lo que le espera en casa al final de esa solitaria carretera, imaginando los besos, caricias, susurros y palabras de amor que llenaran el tiempo que compartirá con esa persona que ansia su llegada, esa persona que solo existe en mi corazón, en mi mente, en mis sueños de soñador empedernido que se niega a ver la cruda realidad.

La horribilis realidad es la que nos rodea, donde las personas dejan de amarse y se hacen daño gratuitamente porque no se ciñen a los patrones que nosotros nos hemos forjado, esa cruenta realidad no es más que el reflejo del egoísmo que reflejamos en los que vemos que no son como quisiéramos que fueran, apartamos a esas personas que un día amamos siendo como eran pero que hoy dejamos a un lado por no ser como quisiéramos que fuesen; es la paradoja que va minando nuestros destinos, haciendo que sopesemos la vida que llevamos, cuestionándonos si el futuro nos depara algo mejor, y finalmente, nos llenamos de egoísmo lanzándonos a la búsqueda de ese viento que cambie el rumbo de nuestra nave, abandonando todo aquello que hasta hacia poco representaba la felicidad, quizás atraídos por cantos de sirenas; al igual que Ulises nos enfrentaremos a un sinfín de aventuras vacías, las cuales de lo único que nos servirán es para anhelar en ese viaja aquello que un día dejamos atrás.

Esto tan solo es una reflexión mía, un pensamiento que me ronda desde hace unos días, veo que estamos perdiendo la capacidad de lucha con criterio, creemos que cambiando de nave nuestra vida será mejor, perseguimos con fe ciega humo en el aire, cuando lo que tendríamos que hacer es luchar por reformar la nave que un día nos lleno de alegrías y momentos felices; porque finalmente estaremos frente a ese semáforo eternamente rojo imaginando lo que nos espera, navegando en un mar de nubes en busca del camino a casa, aquella que un día dejamos en busca de la felicidad. Solo espero que aquellos que están en esa situación se lo piensen bien, que reflexionen y no se dejen atraer por cantos de sirena, que no se embarquen para navegar por un mar de nubes.


Dicen que el destino es caprichoso, pero la verdad es muy distinta, los únicos caprichosos y mal criados somos las personas, el destino solo nos pone a prueba, pruebas que casi nunca superamos. Como he dicho ya en otras ocasiones, la vida es una puta que nos invita a jugar una partida de cartas, donde es la única capaz de hacer trampas y encima reparte las barajas.

Gracias Elena por dejarme esta y algunas otras fotos, no me cansare de decirte que eres increíble en todos los aspectos…