viernes, 1 de enero de 2010

Viernes 1 de Enero del 2010


Lo primero es felicitar a todos los lectores el año nuevo, desearos que en esta nueva década realicéis todos los buenos sueños que tengáis y que nada os salga mal.

La verdad que cada fin de año es igual, al menos para mí; después de las uvas, del brindis, de los correspondientes besos con la familia y poner cara de esperar un repentino cambio vital, minutos después, todo sigue en su sitio y marchando de la misma forma. Aunque para ser sincero algo fue distinto a todos los años, no hubo ropa interior roja, ni anillo de oro en la copa, ni un simple deseo al llevarme la copa a los labios con el primer brindis; con ropa de andar por casa y con la única ilusión de estar con los que de verdad me quieren incondicionalmente, después, bueno lo de después casi que fue un arrebato, mi primera intención fue quedarme en casa (la verdad es que no me encontraba del todo bien) pero dejando mi mal estar físico a un lado, me vestí con mi color favorito, ¿Por qué me gustara tanto ir de negro?, Salí como he mencionado antes por mero arrebato, ilusionado por reencontrarme con sentimientos o situaciones de antaño, pero nada más lejos de la realidad, después de la segunda copa, solo en la barra del bar caí en la cuenta que todo el que pasaba por mi lado miraba percatándose de mi soledad; en cualquier otro momento, en cualquier otra fecha que un tipo este solo en la barra de un bar ni se nota, pero una noche como la de ayer, la primera noche del año, eso se nota, esperando que me pregunto, quizás esperando el milagro de la navidad, que por alguna extraña razón nuestros pensamientos se hubieran cruzado en el firmamento y hubieran corrido a juntarse en aquel bar, los dos frente por frente celebrando no solo la primera marcha del año, sino también el deseo unisonó de pasarlo juntos; pero nada de eso sucedió, nada sucede como yo imagino, nada pasa cuando lo sueño con tanto ahincó, y allí estaba yo, en la barra, aguantando un vaso viendo a la gente pasar. Quizás este año si sea diferente, quizás esta sea la década del cambio, quizás el empezar con luna llena, con viento del norte y con la mente despejada, haga que las cosas cambien, que por fin esta nao de mi vida llegue a buen puerto, quizás ese sea mi deseo, mi brindis, mi propósito de año nuevo y con ello que alguien se dé cuenta que ni soy tan malo, que tampoco soy tan feo y que luche, porque vale la pena tenerme a su lado.


Pero al igual que un barco varado en la arena, comido por el oxido, pierde su escaso tiempo soñando con navegar; a sabiendas que sin un buen capitán jamás va volver a la mar. Así son mis sueños, así mis esperanzas y así seguirán siendo mis venideros días; varado, en la barra de un bar esperando que mis deseos alguien los escuche en la inmensidad de la soledad…

Feliz primer día de este año que da comienzo a una nueva década, donde todo es posible si os atrevéis a soñar.