Cuando se nos rompe el mundo, tan solo nos queda la posibilidad de recoger los trozos e intentar recomponerlo lo mejor posible; esos pedazos de vida, que todos afortunadamente tenemos. Los seres humanos somos un producto de nuestras vivencias, sueños esperanzas; ese es nuestro mundo, en el cual nos sentimos seguros, reyes de un reino inexpugnable, ¿pero qué hacer si ese universo es destrozado? ¿Cómo sobrevivir a la devastación de nuestra burbuja?, son preguntas que me rondan últimamente, las que me acompañan al acostarme, las que me asaltan al mirar a los ojos de mis padres, puesto que ellos han sido siempre el epicentro de mi universo. A pesar de las veces que me haga las mismas preguntas no consigo hallarles respuesta, por mucho que lo intente no encuentro ni si quiera las palabras adecuadas para reconfortarles, me siento inútil, como tantas otras veces, un mero espectador de la vida. Tengo tantas cosas que decirles, tantos sentimientos atrapados dentro de mí, a punto de salir a borbotones, pero cuando los tengo enfrente mi boca se queda muda, con las palabras a punto de salir pero sin saber cómo empezar. Y ahora, aquí frente al monitor, rememoro días mejores, me conforto recordando, recogiendo esos trozos de mi vida e intento plasmarlos en estas líneas, con la esperanza de cuando las leáis sepáis que sin vosotros, sin mis padres mi vida sería una mierda, porque vosotros hacéis que esto valga la pena, gracias por quererme como lo hacéis.
lunes, 5 de octubre de 2009
Domingo 04 de Octubre del 2009
Cuando se nos rompe el mundo, tan solo nos queda la posibilidad de recoger los trozos e intentar recomponerlo lo mejor posible; esos pedazos de vida, que todos afortunadamente tenemos. Los seres humanos somos un producto de nuestras vivencias, sueños esperanzas; ese es nuestro mundo, en el cual nos sentimos seguros, reyes de un reino inexpugnable, ¿pero qué hacer si ese universo es destrozado? ¿Cómo sobrevivir a la devastación de nuestra burbuja?, son preguntas que me rondan últimamente, las que me acompañan al acostarme, las que me asaltan al mirar a los ojos de mis padres, puesto que ellos han sido siempre el epicentro de mi universo. A pesar de las veces que me haga las mismas preguntas no consigo hallarles respuesta, por mucho que lo intente no encuentro ni si quiera las palabras adecuadas para reconfortarles, me siento inútil, como tantas otras veces, un mero espectador de la vida. Tengo tantas cosas que decirles, tantos sentimientos atrapados dentro de mí, a punto de salir a borbotones, pero cuando los tengo enfrente mi boca se queda muda, con las palabras a punto de salir pero sin saber cómo empezar. Y ahora, aquí frente al monitor, rememoro días mejores, me conforto recordando, recogiendo esos trozos de mi vida e intento plasmarlos en estas líneas, con la esperanza de cuando las leáis sepáis que sin vosotros, sin mis padres mi vida sería una mierda, porque vosotros hacéis que esto valga la pena, gracias por quererme como lo hacéis.
Cuando se nos rompe el mundo, tan solo nos queda la posibilidad de recoger los trozos e intentar recomponerlo lo mejor posible; esos pedazos de vida, que todos afortunadamente tenemos. Los seres humanos somos un producto de nuestras vivencias, sueños esperanzas; ese es nuestro mundo, en el cual nos sentimos seguros, reyes de un reino inexpugnable, ¿pero qué hacer si ese universo es destrozado? ¿Cómo sobrevivir a la devastación de nuestra burbuja?, son preguntas que me rondan últimamente, las que me acompañan al acostarme, las que me asaltan al mirar a los ojos de mis padres, puesto que ellos han sido siempre el epicentro de mi universo. A pesar de las veces que me haga las mismas preguntas no consigo hallarles respuesta, por mucho que lo intente no encuentro ni si quiera las palabras adecuadas para reconfortarles, me siento inútil, como tantas otras veces, un mero espectador de la vida. Tengo tantas cosas que decirles, tantos sentimientos atrapados dentro de mí, a punto de salir a borbotones, pero cuando los tengo enfrente mi boca se queda muda, con las palabras a punto de salir pero sin saber cómo empezar. Y ahora, aquí frente al monitor, rememoro días mejores, me conforto recordando, recogiendo esos trozos de mi vida e intento plasmarlos en estas líneas, con la esperanza de cuando las leáis sepáis que sin vosotros, sin mis padres mi vida sería una mierda, porque vosotros hacéis que esto valga la pena, gracias por quererme como lo hacéis.
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