jueves, 28 de enero de 2010

Martes 27 de Enero del 2010


A diez minutos del final del día y a veinticuatro horas de la única fecha que me produce inquietud, vuelvo a estar aquí sentado, frente a esta pantalla en blanco intentando expresar esas pequeñas cosas que van pasando por mi vida, esas cosas que me suceden mientras espero que suceda algo, algo que por fin le dé sentido a todo. Últimamente, como cada año por estas fechas, estoy en la tesitura de no querer acordarme del día, de intentar omitir por todos los medios que llegue mi cumpleaños; mirando atrás en el tiempo es increíble cómo han ido cambiando las cosas, como he ido cambiando de forma de pensar y de verme a mí mismo, recordando tiempos mejores, esperaba ansioso la llegada de mi natalicio, incluso me regodeaba imaginando como sería una simple cena o una reunión de amigos y familiares para conmemorar tan señalo día; hoy por hoy, hasta pagaría por saltarme la fecha, pagaría por ser borrada de los calendarios, con el simple afán de evitar el paso del tiempo, que sin duda es cruel e inexorable, se que uno de mis millones de defectos es no saber hacerme entender con lo que pienso, sé que muchos de los que leáis estas líneas no entenderéis nada de lo que en ellas pretendo reflejar, pero así soy yo, luchador de la vida a sabiendas que la perderé.

Como bien escribo en su día Calderón de la Barca, no hay mejor explicación para una vida de sueños y para estos sueños de vida…

“Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos;
y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
de estas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.”

No sé si con esta pequeña pincelada de una de las obras teatrales que mas me gustan, pude dejar claro lo que en algún momento me pasa por la cabeza o como me siento; la verdad es que desde algunos años siento mi vida igual que Segismundo, nada le parece real hasta el punto de confundir la vida con los sueños, en mi caso algo difiero, para mi aquello que viví en tiempos mejores ahora los veo como sueños.

Este año al igual que otros pasados, en el día de mi cumpleaños no habrá velas, no habrá pastel donde ponerlas, pero en mi corazón, en mi interior soplare otra vez, aquellas del dos mil uno, y otra vez, el deseo que este año será el que marque la diferencia, será este año en el que deje de soñar para poder vivir la felicidad.

Gracias Elena por la foto que he puesto al lado de la obra de Calderón, me ayuda a definir mejor lo que a mi entender es un sueño.

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