sábado, 26 de febrero de 2011

Rémoras del estado:


Soy asiduo lector de periódicos tanto digitales como de prensa en papel, que últimamente se hacen eco de noticias referente a sucesos con determinada parte de nuestra sociedad, lo que está claro es, que quien busca encuentra en alguna parte incidentes producidos por cierta población, pero no hace falta, en los tiempos que corren, buscar mucho para leer que la población inmigrante de este país (en especial la comunidad musulmana) cada vez más exigente frente a las autoridades competentes, desvirtúan dichas leyes a su antojo; enarbolando el estandarte de sus derechos, no paran de pedir, exigir, imponer sus propios criterios, menos preciando a nuestra propia cultura, que los acogió de buen grado, que les ayudo a la integración, en ningún momento esa comunidad puede menospreciar al estado que nos cobija a todos, puesto que en ellos se ha volcado dándoles inclusive mucho más de lo que a otras comunidades, inclusive la nuestra. Siendo nosotros, los españoles por derecho de cuna, los que en estos tiempos nos vemos desamparados en muchas ocasiones por el estado que sensibilizado con una comunidad en peligro de exclusión nos obligan a acogerlos, a entenderles, a respetar su idiosincrasia, y hasta, aceptar sus ritos en nuestros puestos de trabajo; es esta la comunidad que valiéndose del amparo que les han otorgado, se aprovechan de muchísimas ayudas, llegando a ganar más sin tener que aportar nada, llegando a subsistir sin dar palo al agua, cosa que tarde o temprano cansa a cualquiera que mal sobrevive apenas con un salario inferior a esos mil euristas tan afamados por el gobierno actual.

Como he escrito anteriormente, esa es la parte de nuestra comunidad, que últimamente encabeza los noticiarios de nuestro país, personas que no les da la gana aceptar nuestras normas, personas que se ríen de nuestras leyes y que se amparan en su falta de documentación para cometer todo tipo de delitos; desgraciadamente esta semana el pueblo donde yo vivo, se ha visto tristemente implicado en un suceso escalofriante, “un hombre apuñalo indiscriminadamente a doce personas”, en si el acto es dantesco, indiferentemente del origen del agresor; lo que no es menos atroz es que este señor ya ha tenido más de un periodo delictivo en nuestra isla, en nuestro país, llegando a amenazar a dos agentes de la autoridad, y advirtiendo que no tardaría en matar a alguien; si este señor, con esos antecedentes, con su actitud soberbia y su falta de respeto hacia donde vive, ¿Qué coño hacia aun pisando suelo español?, es un simple ejemplo de los muchos, muchísimos casos que podemos encontrar a lo largo de nuestra geografía. Entiendo perfectamente que estas personas se las tenga que ayudar para una mejor integración en la sociedad que les acoge, que se les preste alguna ayuda con el idioma y las costumbres, pero si después de un tiempo prudencial no se han integrado, no les queda más remedio que ser invitados a abandonar este país, estoy seguro que muchos otros estarán dispuestos a acogerlos, países donde el choque cultural no sería tan diferente; hace más de quinientos años dejamos bien claro que no queríamos pertenecer a un mundo árabe, rechazamos al invasor por el único medio que a aquella sociedad le quedo, ahora, nos vemos obligados a aceptar su cultura, sus costumbres, su tan distinta forma de ver la vida, obligados a entender que ellos merecen más ayudas, merecen un trato de favor por su propio bien estar y en pos de su integración, que bien sabemos no es de su agrado, obligados por una postura políticamente correcta a ver que la diferencia la marca ellos hacia para nosotros, siendo el estado, el gobierno su mayor apoyo, “por cojones” tenemos que tragar con todo; uno ya se cansa de leer que no quieren quitarse el velo para su identificación, que no quieren quitarse el pañuelo en nuestros colegios, que no quieren ver crucifijos en nuestras aulas, que no hablemos de cerdo en su presencia, etc. Etc. Ya que todas esas cosas que nosotros hacemos pueden ofenderles, arto de leer que tenemos que ser más comprensivos, arto de no tener las mismas ayudas, el mismo trato frente a la ley en mi propio país; en estos tiempos que corren todos hemos tenido que apretarnos el cinturón, en pos de paliar una crisis que ya ni se sabe quien la provoco, pero las ayudas a los inmigrantes no han bajado un ápice, ellos siguen paseando por nuestras calles, siguen llenando sus bares y siguen comprando en las tiendas gracias a las ayudas del estado.

Cual Rémoras de un Escualo seguirán nadando bajo su amparo mientras nosotros seguimos moviendo la maquinaria de este país, cumpliendo fielmente las leyes de las instituciones que no pueden hacer nada frente a la demanda popular ya que no es políticamente correcto, mientras los delincuentes campan a sus anchas riéndose de una precaria sociedad que les permite hacer lo que les plazca sin castigo alguno.

1 comentario:

  1. Cada día estoy más de acuerdo con los que piensan que este país es una república bananera. Pero no nos hagamos mala sangre.

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