Viernes 11 de Septiembre 2009
Hoy es un día especial para todo el mundo, hoy no quiero ser egoísta y he pretendido mirar mas allá de mi mundo, un mundo placido, sin problemas y en una sociedad relativamente civilizada; hoy es el nefasto aniversario de la sin razón de algunas personas. Hace ocho años, tal día como hoy, el mundo entero pudo ver la barbarie de unos descerebrados, que en nombre de una religión, decidieron asesinar sin piedad a mas de dos mil quinientas personas; desde aquella mañana calurosa de principios de septiembre el mundo entero cambio, cambiaron todas nuestras pautas a la hora de viajar, de hablar, de escribir; en definitiva nos obligaron a cambiar de vida, puesto que después de aquel atentado nada quedo igual, no solo asesinaron a esas personas, también han conseguido coaccionar nuestras vidas, ellos, los dueños de la sin razón, se hicieron con el poder ondeando el mazo de la violencia y escudándose bajo la bandera de la extorsión, ya que si no aceptamos su forma de ser, su forma de ver la vida y sucumbimos a sus ideales, seguirán asesinando cobardemente; quizás tengamos suerte y no veamos nuestras calles llenas de sangre, como sucede en otros países, quizás solo tengamos la experiencia que nos transmiten los medios de comunicación, y quizás cometamos el error de sentirnos seguros en nuestro entorno porque todo eso sucede a miles de kilómetros de nuestras casas; pero no podemos estar más equivocados, no podemos ser obtusos y no ver los peligros, que estos señores han sembrado justo en el jardín de nuestra sociedad. Ya no hablamos abiertamente de lo que pensamos sobre estos temas, si estamos en bares o parques públicos, miramos a nuestro alrededor para dar una opinión sobre la religión musulmana, dejamos a un lado nuestras costumbres, y aceptamos otras que no comprendemos; ya no cruzamos el barrio colindante al nuestro por un miedo irracional y estúpido a los que allí ahora viven, a lo diferente, a aquellos que no se preocupan en integrarse a nosotros, ¡pero nosotros si tenemos que comprenderles!; yo que no proceso al igual que muchos ciudadanos, ninguna religión, las respeto todas, pero a mi estas personas no me respetan, me llaman infiel, pecador, diablo occidental y hasta se atreven sin conocerme a condenar mi vida al fuego eterno y al castigo de Ala. A eso se le llama extorsión, por narices tenemos que aceptar su sociedad. Pues yo digo ¡no!, grito al viento, que arrastre mis palabras, que no me voy a dejar amedrentar, que quien quiera se integre, se una a nuestra sociedad, que acoja nuestras costumbres y las respete, pero que no nos impongas nada, puesto que fuimos, somos y seremos un país de inmigrantes, y allí donde estuvimos no implantamos nada de lo nuestro, al contrario, nosotros hemos compartido la riqueza de ser español, el carácter mediterráneo, andaluz, vasco, catalán, etc., un conjunto que nos enriquece como cultura, con una denominación de origen casi perfecta, ser español no es poco, ni más que nadie.
Esto solo es una reflexión casi incoherente de un tema que me preocupa, me preocupa ver una mañana en España, donde tengamos que ser como ellos, que en nuestra casa solo sea el lugar donde podamos ser tal cual somos, me preocupa que la frontera entre oriente medio y Europa deje de estar en África, no quiero una Europa bajo el yugo del Corán; un libro que pocos musulmanes han leído y menos han sabido interpretar. Esos mismos musulmanes que nos exigen respeto por sus costumbres y se ríen de las nuestras…
Pero este día es para aquellas almas que dieron sus vidas sin saber porque, mis palabras van en memoria por todas aquellas personas que murieron sin saber que sus vidas seria el precio del cambio, y es tas humildes líneas, van por un rezo para que aquello no vuelva a suceder…
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