miércoles, 24 de noviembre de 2010

Martes 23 de Noviembre del 2010

El crucero

Ha tenido que pasar más de una semana para poder aclarar las ideas, las sensaciones o el sentimiento interno que me quedo después de realizar uno de mis viajes soñados; viajar en un crucero, no exento de aventura, tensión y sobre todo emoción rozando el limite, circunstancias las cuales te hacen pensar que ciertos viajes, que ciertos momentos si o si los tienes que vivir.

El primer puerto al que tenía que arribar el buque, por desgracia no pudo ser, la mar encrespada nos privo de poder visitar Mónaco o Niza, desde la cubierta superior me conforme con divisar y sacar algunas fotos de la costa francesa, mi intención nada más saber el itinerario que seguiríamos era poder pisar las calles de un principado de novela rosa; en esta ocasión me conforme con unas instantáneas en la distancia, contra un mar enfurecido poco o nada se puede hacer.

Livorno, segundo puerto al cual atracamos al amanecer sin mayores problemas; antiguo puerto pesquero situado en la toscana Italiana, nada queda de aquel paraje idílico que uno puede llegar a imaginar antes de tocar tierra, hoy en día tan solo un paraje lleno de maquinaria, industria y cemento por doquier, gris y poco hospitalario es la primera impresión que me lleve desde la cubierta mientras tomaba un café y apuraba el primer cigarrillo del día. Alejándonos del puerto, camino a Florencia la primera impresión se va desvaneciendo al ir contemplando los montes, valles y sobre todo viñedos que van acompañando el camino hacia la ciudad; con poco tiempo y con muchas ganas de empaparse de todas las sensaciones, nada más llegar al centro de Florencia uno intenta llenarse, impregnarse de toda la belleza que le rodea, las calles adoquinadas, la majestuosidad de los edificios, la magnificencia de su catedral, o simplemente con sus puentes que unen ambas orillas del rio, es como si el tiempo hubiera querido mezclar presente con pasado, una ecuánime armonía entre modernidad y antigüedad, la perfección entre dos mundos, esa sin duda es la sensación que me dejo Florencia, sin apenas tiempo para recapacitar con que rincón me quedaría ya toca regresar a nuestro punto de partida, en el coche mientras el camino andado se nos va presentando delante, la sensación dejada por tan magnífica ciudad es de haber vivido un tráiler, como si alguien nos hubiera regalado un trocito de lo que un día será un gran recorrido por la toscana, un viaje a conciencia de la ciudad que un día enamoro a Miguel Ángel.

El tercer puerto de parada es más de lo mismo que el anterior, maquinaria, contenedores, distancia infranqueable sin un autobús hasta la salida portuaria, Civitavecchia a unos ochenta y cinco kilómetros de Roma. tras unos primeros contactos con la población autóctona del pequeño pueblo, nos dirigimos a la capital dl imperio Romano, a bordo de un taxi turístico en manos de un verdadero Romano, el cual no dejo ni un segundo de darnos explicaciones sobre el nacimiento y caído de uno de los imperios más grandes de la historia, al empezar el recorrido de hora y media hasta llegar a la ansiada capital, estaba convencido de no darle tiempo a contar toda la historia, pero un verdadero Romano nunca deja de sorprender, le dio tiempo desde la creación antes de Cristo hasta la actualidad con las desventuras de Berlusconi; gran personaje Rino el taxista, autentico Latín Lover, embaucador de sonrisa fácil y más fácil gesticulaciones manuales; lo que me quedo más claro de todo el recorrido Romano fue que para dejar mudo a un italiano lo mejor es cortarle las manos. Anécdotas aparte, la cuna del catolicismo, la tierra de los imposibles, o mejor dicho, la ciudad eterna, particularmente a mi me desencanto; tantas cosas vistas en las películas, tantos rincones mencionados por novelistas, tanto y tanto, solo se queda en eso, de Roma solo hay que ver o descubrir lo que ya uno esta arto de ver o leer, lo peor o al menos para mí, es la sensación de ciudad prostituida, donde por cada piedra que ver se ha de pagar, donde en cada sitio al que acudir hay que hacer colas interminables para después ver tan solo lo que ya uno conoce; no quiero desmerecer nada de lo visto en Roma, todo lo contrario, es sin duda un destino obligado a todo viajero con ganas de vivir insitu lo que un día fue el centro del mundo; Roma como ya he mencionado, es la ciudad eterna, tras siglos de historia y guerras sorprende que aun este en pie lo que de ella queda, sorprende que aun hoy en día se sigan descubriendo yacimientos arqueológicos. El regreso a puerto me pareció cortísimo, nada más tomar el camino a la inversa, nuestro particular guía proseguía con sus explicaciones, con su peculiar forma de hablar, ese acento casi cantinela do que sumado al cansancio de un día sin parar hizo efecto de somnífero.

Otra noche más de navegación, orto amanecer, otro puerto, Nápoles ciudad al pie del Vesubio es una ciudad turística, llena de rincones que visitar y donde ningún viajero se aburriría; lo primero para nosotros fue ir a Pompeya la ciudad que un día desapareció bajo la cenizas y lava del volcán, hoy en día son las ruinas quizás más importantes y mejor conservadas de Italia. Sorprende sin duda, el estado en que aún se conservan edificaciones, calles, monumentos, plazas, etc., tal cual el día en que desaparecieron, nada más pisar Pompeya uno se da cuenta del tipo de organización en la que Vivian, calles adoquinadas, saneamiento, barrios comerciales, canalización para fuentes públicas, todo un verdadero avance para la época en la que Vivian, posiblemente Pompeya se hubiera convertido en la capital del mundo si un nefasto día no la hubiera sepultado con todos sus adelantos; después de mucho andar, el cansancio hace mella en cualquiera, que mejor sitio para el descanso que en el centro, en medio de lo que antaño fuera una gran plaza, sitio de reunión de la población, aposento mi cansado cuerpo sobre un escalón, saco algunas instantáneas y me sorprende el silencio que lo rodea todo, cientos de personas yendo y viniendo, sacando fotos, descansando al igual que yo, y lo que más se oye es el viento entre las ruinas, el silencio y la paz que todo lo envuelve. Ya de regreso a Nápoles, en un plis gracias a la pericia de Filipo, un taxista Napolitano verdadero artista del taxi, el cual hasta nos amenizo con un cato popular autóctono de Nápoles; por sugerencia de nuestro cantarín amigo nos dirigimos hacia el lugar donde nació la pizza, manjar sin parangón de fina masa con mozarela de búfala y tomates cherri, horneada en horno de leña, el cual le da sin duda un exquisito sabor inigualable, el problema es que ahora ya ninguna pizza será ni por asomo parecida a la que en aquel día pudimos degustar; tan solo pudimos descubrir dos calles de una ciudad que aun tiene mucho por enseñarnos, con el tiempo quizás pueda regresar y perderme entre sus callejones, pasear por sus avenidas y tomarme un café frente al Mediterráneo en una de sus magnificas terrazas descritas por Filipo, por el momento me quedo con el recuerdo inducido por nuestro conductor.

De nuestro último destino, Túnez, poco puedo decir, ciudad caótica e insegura del norte de áfrica, la primera impresión, su puerto, magnifica arquitectura moderna rememorando tiempos lejanos, rodeada de pequeñas tiendas las cuales incrementan sus precios al amparo de incautos viajeros sedientos de recuerdos; todo lo contrario de nuestros anteriores conductores, el tunecino nos conduce por una avenida repleta de gente y vehículos sin un aparente control, dejándonos a las puertas del zoco con unas breves indicaciones de cuál es el camino que debemos tomar, un callejón repleto de tiendas, suvenires auténticos tunecinos, un conglomerado de viandantes entre mezclados con vendedores algo más que pesados, sin apenas educación y con un afán por vender más barato que el Corte ingles; el ir y venir de gente, el griterío y la mezcla de olores hace un enrarecido ambiente que llega a marear, donde mire uno ve a un vendedor llamándole a gritos, cada cual bautizándote con típicos nombres Españoles para llamar tu atención, con lo cual supongo que pretenden hacerse los simpáticos o simplemente reírse del viajero, particularmente mi opinión es lo segundo. Lo que si valió la pena sin duda fue visitar Sidi Bou Said, pequeño pueblecito situado en lo alto de un monte, con típicas casa tunecinas pintadas de blanco con sus puertas y ventanas azules, también está llena de tiendas donde a gritos te atraen para venderte todo lo que puedan más barato y mejor que en cualquier otra tienda vecina; me quedo con sus callejones, su empedrado de las calles, su escasa iluminación que te transporta a otro tiempo y por el simple hecho de pasear te llena de satisfacción. A pesar de mi mala impresión sobre tan caótica ciudad, estoy convencido que es un bello país el cual vale la pena visitar, tan solo conocido por mi parte por lo que vi en algún documental o leí en alguna novela, la parte desértica sin duda tiene que tener un atractivo sin igual, pero eso quizás quede para otra ocasión.

Ultimo destino puerto de salida de todo este vieja, Barcelona; allí donde todo comenzó o casi ni llega a suceder, en fin eso es otra historia la cual un día con tiempo y ganas intentare plasmar en otras líneas. Navegando algo más de veinte horas da tiempo a ordenar pensamientos, vivencias y fotos tomadas, aclarar algunas ideas, tomar algunas copas y terminar cerrando algún bar del barco con risas y un estupendo sabor de boca; después de todo fue un viaje que siempre quise hacer y nunca pensé que fuera así, gracias por estar y por querer hacerlo juntos, gracias por darme la oportunidad de compartirlo y de llevar en mis recuerdos todo lo vivido, ya que de todo uno aprende y el aprender enriquece y te hace mejor conocedor de las cosas, de los sitios, de las personas, de lo vivido.

jueves, 14 de octubre de 2010

POR ESOS QUE NO SABEN COMPORTARSE

TONTOS HAY EN TODAS PARTES:


Doce de octubre, día de la fiesta nacional; aunque no a todo el mundo le guste o comulgue con tal fecha, y pese a quien le pese, es el gran día de España.

Lamentablemente lo que emborrono este día, fueron unos pocos energúmenos que por su afán de protagonismo no supieron respetar un acto tan significativo como memorable; la libertad de expresión siempre es buena y casi nunca reprobable, pero en esta ocasión, a la muchedumbre se le fue de las manos; no me opongo a que el pueblo hable y haga notar su disconformidad con uno u otro gobernante, pero lo que no es de recibo, es abuchear un acto, cargarse la honorabilidad de una ceremonia cuando se está rememorando aquellos que dieron su vida por este país, con esa actitud lo único que han conseguido es manchar el honor de esos valientes, han conseguido que el mundo viera a los españoles con un país sin educación y sin una pizca de respeto por sus muertos. Ahora, días después, nuestros políticos buscan una solución para tales actos en determinados eventos, mi humilde opinión es que no le importa a nadie, se que con esto no se consigue nada, pero tampoco soy capaz de callarme y no escribirla; la solución es tan sencilla como enseñar civismo en los colegios, enseñar a las próximas generaciones un respeto y una disciplina que en otros tiempos no muy lejanos las teníamos, la solución es saber respetar y pedir que nos respeten, la solución es cohabitar entre todos aunque no comulguemos con las mismas ideas, este es un país de diversidad cultural, pues respetemos todas y cada una de nuestras culturas que comprenden esta gran nación. He tenido que escuchar en los telediarios, en radio y hasta leer en prensa verdaderas aberraciones de soluciones que darían uno u otros políticos, pero la peor, la más aberrante que pude escuchar fue la de un señor, de un dirigente de un partido polito, si es que a eso se le puede denominar político; Esquerra republicana de Cataluña pide la disolución de la fiesta nacional, opina este señor, que la solución sería erradicar tal fiesta y con eso se terminaría el problema de la falta de respeto en este acto; pensándolo fríamente es una solución, quizás hasta la más adecuada y la que conseguiría matar dos pájaros de un tiro; yo desde este blog, le recuerdo que Cataluña ha tenido varios incendios grandes estos últimos años, para evitarlos tendrían que talar todos y cada uno de los bosques catalanes, han tenido también varias inundaciones con terribles consecuencias para su población, la solución sería derruir todos los pueblos y ciudades afectadas, así en próximas inundaciones no habrían daños materiales ni personales; han tenido problemas en celebraciones deportivas, la solución sería disolver a los equipos deportivos, así no se producirían mas celebraciones, etc., etc.

Ese es el talante de esos dirigentes que pretenden disolver España, es la mejor de las soluciones que una mente pensante a podido pensar para solucionar la disconformidad de un pueblo cansado, es lo mejor que ha podido discurrir un político que ni le importa España y mucho menos los problemas del pueblo español; a este señor me atrevo a decirle que lo mejor que podría hacer España es la disolución de personas como él, de partidos no tan solo nacionalistas, si no oportunistas y engañosos de su propia gente, que amparándose en la libertad de expresión no dicen más que tonterías, que ya en su día las proclamo un ex presidente norte americano, del cual ya la historia se encargara de recordarle como se merece. Como he dicho antes, en mi humilde opinión la solución pasa por enseñar respeto y civismo a los españoles, si no es por la insignia nacional o por el himno, si por esos que un día salieron de sus hogares enarbolando la bandera nacional, en pos de un ideal, por esos que lucharon por la libertad de todos y al final no pudieron regresar a sus casas, a esos valientes sea cual sea nuestros ideales hay que respetar, porque cada uno de ellos se merece nuestro respeto y admiración.

jueves, 8 de julio de 2010

Cuando se sienten los colores:


Es inaudito, increíble y estoy seguro que no hay precedentes con lo que está sucediendo en estos momentos; mire donde mire, camine por donde camine, uno puede contemplar orgulloso una bandera, camiseta, bufanda o hasta pañuelos de nuestra insignia nacional; en estos días no hay o prácticamente no hay más que un sentimiento “ yo soy español!!!”, esas tres simples palabras nunca me han llegado tan adentro, máxime cuando uno lo puedo ver acompañado como he mencionado antes de los colores de esta gran nación; pero esta reflexión, estas palabras van en recuerdo que uno, que cualquier ciudadano nacido o nacionalizado es Español 365 días al año juegue o no la mal llamada “roja”, yo como muchos otros que nos sentimos llenos de orgullo y satisfacción al ver nuestra insignia nacional hondear por todas partes, que nos sentimos Españoles todo el año, es lamentable que solo en estos días podamos sacar a la luz esos estandartes o esos gritos de euforia sin miedo a ser tachados de fascistas, porque lamentablemente la ignorancia es muy mala y muchos confunden el sentimiento patrio con otras cosas; y digo yo, que ser y desear vivir en esta tierra indisoluble, bajo una misma bandera, bajo un mismo himno, acunados por un mismo sentimiento de grandeza “! Somos Españoles!”, no tiene porque ser fascista.

Hoy no pude más que emocionarme, al ver en la televisión, rincones de este país llenos de nuestros colores, personas gritando y celebrando la victoria de nuestro equipo, gritando el ya famoso “ Yo soy Español!”, esos mismos sitios donde jamás uno hubiera imaginado ver una bandera constitucional vitoreada por una inmensa masa humana; son esos mismos sitos de donde ni quieren oír hablar de España, son esos sitios donde el portar cualquier cosa que convine el rojo y amarillo es poco menos que insultarles, son esos sitios donde nuestras fuerzas de seguridad tienen que trabajar con la cara tapada o son esos sitios donde ya ni quedan fuerzas de seguridad del estado Español; pero hoy, hoy fue el día en el que dos colores, dos simples tonos tiñeron de punta a punta este país, hoy es el día que hemos salido a la calle y bajo un mismo grito cubrimos la bóveda de esta nación; hoy por hoy solo existe un único país y es España, mañana, cuando todo pase, la euforia de paso al olvido lamentablemente nosotros, los españoles volveremos a esconder nuestra bandera, ya no pondremos nada representativo en nuestros coches, por miedo a que lo destrocen, y solo comentaremos nuestro sentimiento patrio con quien tengamos confianza; cuando eso suceda, cuando todo retome su ritmo natural, a mi me queda la satisfacción de saber y ver, a esos hombres y mujeres, que salen cada día de sus casas vistiendo el uniforme de un país al cual aman y protegen, y por el cual darían su vida si fuera necesario, hasta por aquellos que solo se sienten Españoles hoy.

lunes, 10 de mayo de 2010

Domingo 9 de Mayo del 2010


Siempre pensé que a todos nos gustaría ser una mosca en la pared para poder ver en primera persona las vidas de los demás, quizás no de todo el mundo, pero si de algunos a los que conocemos, no por ser cotillas, si no por conocerlos un poco mas, conocer de verdad a esas personas que se encuentran en nuestros círculos, esos a los que queremos; ¿ser esa mosca nos ayudaría a quererles mas? O a lo mejor nos ayudaría comprenderles un poquito mejor..

Uno quizás puede esperar toda una vida a que suceda algo; regresar a casa y antes de abrir la puerta quedarse mirando al suelo, anhelando que al cruzar el umbral encontrar una simple nota bajo este, como un estúpido día tras día la decepción se plasma en el rostro al comprobar que eso, que esas cosas tan solo suceden en las películas, pero aun así, una sonrisa socarrona se vislumbra en sus labios; despojarse de todo lo que ha ido cargando en su día rutinario, llaves, tabaco, chaqueta; en fin, ir descargándose del peso de cada día, como si con ello pudiera soltar el lastre y el sopor de un día como el anterior. Preparar la escasa cena que uno solo a de comer frente al televisor, único amigo sonoro que le acompañara en esas noches solitarias y vacías de sentimientos compartidos. Fregar los escasos utensilios utilizados en esa solitaria noche, mirando por la ventana e imaginando como sería una discusión o un enfado porque otra vez le toco lavar los platos, un encantador desacuerdo con esa persona que sentada en el sofá frente al televisor le espera sonriente; pero el plato ya está limpio, los cubiertos secos y tan solo una copa de vino le espera frente a la tele.

Y la misma pregunta ronda su cabeza noche tras noche, ¿Cuánto puede uno esperar a que cambien las cosas?, pregunta sin respuesta, sin solución, pregunta que se va perdiendo en la soledad de las noches vacías de sentimientos. Noches y días iguales una a otras, con tan solo una diferencia, que hoy, en estos tiempos, ya no tan solo es un televisor que le hace compañía, hoy ya hay una ventana al mundo, donde noche tras noche, espera ensimismado a que suceda algo; al principio hasta era algo emocionante, quizás por novedad o quizás, por ilusionarse al igual que cuando cruza el umbral de su casa a sabiendas que no encontrara nota alguna, ahora con la ventana encendida, conectado al mundo, espera mientras cena a que un pequeño sonido salga de ella, una pequeña señal auditiva que le avisa de la llegada de un mensaje; cena con un ojo en la pantalla y otro en el televisor, pero con todos los sentidos puesto en ese pequeño sonido, esperanzado que en algún momento llegaran esas líneas, ilusionado por ese email van pasando los minutos; terminar de cenar, lavar rápido el escaso menaje empleado, ya sin reparar en la ventana, sin apenas prestar atención a todo aquello que sale de la caja tonta, sentado frente al monitor del ordenador que descansa sobre la mesa el mira por encima de la pantalla mientras hace zapin, pero raudo y veloces los ojos se clavan en el monitor al escuchar el inconfundible sonido de una nueva entra en el Messenger, desilusionado una idea le viene a la cabeza al comprobar que no es quien espera, pero borra rápido esa idea cual borrador en la pizarra intentando solo pensar en esas líneas, en ese email que no llega, se concentra, intenta solo pensar en ello, visualizar cada una de las palabras que podrían estar escritas en ese tan ansiado mensaje; técnicas de visualización que un día leyó en algún sitio, una técnica que promete resultados si de verdad visualiza eso que tanto anhela. Una pobre solución para unos pobres desgraciados que se agarrarían a un clavo ardiendo para no dejar de soñar; pero aun a sabiendas que es una técnica absurda de seudo psicólogos de postín, el, cada noche sigue visualizando e imaginando esas líneas que comprenden ese email que nunca llega.

Día tras día, noche tras noches, son los mismos rituales, la misma esperanza al abrir la puerta o al encender el ordenador, al escuchar es tintineo de una nueva entra en el Messenger, y la misma idea que le ronda por su cabeza, esa visualización que jamás se producirá; termina la noche aunque él no quiera, toca despedirse y cerrar sesión, toca ir apagando luces y meterse en la cama, vacía y fría, un dormitorio al cual no le apetece nada meterse; una estancia que conoció tiempos mejores y ahora llena de sueños absurdos de romance, pasión y de esperanza igual que ese email que nunca llega; por mucho que dilate en el tiempo, finalmente sucumbe al sueño, noches de entrecortado descanso, despertando en mitad del reposo, roto por pesadillas de una vida a la cual se niega a enfrentarse, una vida vacía y solitaria, oscura de sentimientos no correspondidos. Y como siempre, noches que terminan al alba, al despuntar el sol el ya despierto sudoroso, con los ojos húmedos por una congoja que se niega a salir, un sentimiento de rabia auto retenida, haciendo un verdadero esfuerzo, aun estando en soledad, por no dejar escapar esas emociones que descansan en su interior; negose como cada despertar a admitirse a si mismo los penares de su vida, frente al espejo lava su cara, su dientes y con la ducha matutina intenta borrar todo lo acontecido en brazos de Morfeo, y antes de partir un último vistazo al espejo, con una falsa sonrisa en su rostro se dice a si mismo que será un nuevo día, un día especial y bonito, será el día, ese día que cambiara el resto de sus días, una nueva mentira, el mismo engaño que hace llenar esos días y noches de soledad.

martes, 20 de abril de 2010

Martes 20 de Abril del 2010
La definición de “integración” es bien clara y explícita:

“La integración es un fenómeno complejo,
sin definición unívoca, que se produce
como consecuencia de la adaptación de
las respuestas del individuo a los
requerimientos del medio y de la
interacción entre ambos. Es un proceso
dinámico y a la vez, el producto o
resultado de este proceso. Algunos
autores prefieren denominar a este
proceso como asimilación, para
referirse a la adaptación de los
individuos a una determinada jerarquía
de normas sociales.”
Estamos viviendo un momento arduo delicado, para muchos de nosotros es algo que ni nos plantearíamos si fuera a la inversa, con esto quiero decir, que si nos encontrásemos en un país musulmán no tendríamos derecho a queja alguna sobre nuestra forma de vestir; allí, en aquellas tierras uno se amolda a su forma de vivir puesto que no hay otra opción, aquí, en nuestro país, en nuestra tierra somos temerosos de ofender o maltratar a todos los extranjeros que vienen, dejando de lado nuestras propias costumbres o incluso de instaurando normas especiales para ellos; mi forma de ver este asunto es bien sencillo, nuestros colegios, laicos, tienen normas, las cuales hay que respetar y acatar, pero no son normas para los españoles o para los católicos únicamente, son normas para todo el mundo independientemente de la religión que procesen, a mi entender no cabe la posibilidad de revisión en estas normas, ya que sino en un periodo de tiempo veremos niños, jóvenes o adolescentes en nuestros centros de estudio con gorras, boinas o incluso abra quien opte por ponerse un saco en lo alto de la cabeza puesto que su ideología le exige tal acto. Basta ya! De agachar la cabeza, de cambiar nuestra forma de vida, de adaptar nuestras normas a ellos, este es un país que acogió a todo el que quiso venir a trabajar y optar por una vida mejor, pero es un bello país con sus costumbres, sus tradiciones, sus normas democráticas, y a quien no le gusten tiene la opción de irse, el mundo está lleno de países religiosamente gobernados donde no es necesario sacarse el pañuelo de la cabeza para ir al colegio; aquí, en España, en esta inmensa nación, el pañuelo lo portamos en el bolsillo y cada uno en su casa practica lo que quiere, así vivimos y así queremos seguir viviendo. Ya uno está cansado de ver como en los medios de comunicación hacen melodramas de estas noticias, ya me canso de ver como estas personas manipulan a estos medios apelando a la democracia, a la igualdad de derechos, a un montón de pamplinas para su propio beneficio; y sobre todo arto de la demagogia barata de esos dirigentes religiosos que en pos de la libertad de religión, de la libertad de libre expresión, siempre tienen la palabra racismo entre sus labios, jamás les vi condenar ni un solo atentado islamista, nunca vi una manifestación por nuestras calles donde todos estos individuos espontáneamente salga a condenar a todos los terroristas islámicos; pero cuando se trata de un pañuelo, de un acto tan atroz por parte de una de nuestras instituciones escolares, entonces se vuelcan en los medios de comunicación y exigen que se les respete. El respeto señores míos, comienza respetando y acatando normas impuesto por el bien de una sociedad laica y multicultural, pero claro para saber algo así hay que leer algo más que un libro religioso…

Esta es mi humilde opinión, con esto ejerzo el derecho a la libertad de expresión, que en este gran país afortunadamente somos libres de actos, palabras y pensamientos, cosa que en otras partes del mundo no pueden decir lo mismo.

jueves, 25 de marzo de 2010

Jueves 25 de Marzo del 2010


Quizás quienes hayan leído “Educando a las hadas” comprenderán parte de esto que plasmo aquí, en su diferencia también pueden entenderlo quienes vieran la película; de todas formas solo son palabras sueltas en algún lugar. Yo sí creo que en el andar de la vida uno se va cruzando con esas hadas que en cierta manera lo único que pretender es ayudar cuando más lo necesitamos, están ahí y si tenemos la suerte de que se crucen en nuestro camino, después nada será lo mismo. Yo he tenido la suerte de encontrar a uno de estos seres. A mi campanilla, no sé si será lo que quieres o esto será lo que esperabas pero ya sabes que yo escribo lo que siento…

Ahora es el momento

Tras la barra de un bar, al aroma de un cigarrillo y del sabor de una cerveza, rememoro aquellos tiempos en que la realidad se confundía con los sueños, esos sueños que ya quedan muy atrás.

Puedo vislumbrar entre las sobras de este bar, esa sonrisa que iluminaba toda su cara, haciendo más pequeños esos ojitos tras los cristales de sus gafas; aun noto esa atracción que ambos sentíamos al cruzar nuestras miradas, daba igual como me fuera el día si al termino de este, podía compartir unos minutos a tu lado, me llenaba verte sonreír, comentar las cosas contigo y ver cómo me escuchabas relatarte todo lo que me preocupaba, para finalmente terminar con tu mano en mi cabeza diciéndome que no me preocupara. Me gustaba sentir tus caricias con esas manos pequeñas y suaves, de dedos finos y bien formados, con las uñas algo pequeñas, por tu manía de comértelas, pero que nunca me importo, es algo que te hacia ser mas tu. Fueron tantos los planes que soñamos tras aquella baya viendo cómo iba avanzando la obra, nos ilusionaba a ambos ver que se acercaba el día en que lo compartiríamos todo, y por fin llego, no recuerdo el haber estado tan nervioso, los minutos hasta tu llegada me parecieron horas y por fin, te vi bajar del coche, estabas impresionante, nunca vi a ninguna novia tan guapa, tan radiante, con ese brillo en tus ojos, con esa sonrisa, que al mirarte me decían “tranquilo que ya llegue”; y al llegar la noche, los dos juntos, desmontando todo aquel peinado, entre besos y risas quitando horquillas, hasta quedarnos dormidos y por mis mejillas resbalaron las lagrimas de tanta emoción por todo un día, por el día mas feliz de mi vida, que en un arrebato de necedad le quite importancia mintiendo sobre el motivo de mi llanto. Pero era feliz y quería gritarlo.

Un sorbo mas a mi cerveza, una calada profunda al cigarrillo y tras la exhalación del humo de mis pulmones, imagino como seria todo si aun compartiéramos esos sueños que un día nos unieron; seguirías acariciando mi cabeza al despertarme en mitad de la noche repitiendo “tranquilo que no pasa nada”, compartiríamos esos fines de semana paseando con algún niño de rizos negros y con esa mirada, esos ojitos iguales que los de su madre, seguramente de piel muy blanca y algo rollizo, pero con un corazón enorme al cual sería imposible no querer; Menta como es habitual en ella, nos acompañaría dando saltos y olisqueándolo todo, miedosa de todo aquello que le sale al paso, pero que tanto nos hace reír cuando reculea por algo que no conoce; esas tardes de cine en casa, primero alguna película infantil, después recogería los trastos del niño que estarian desperdigados por todo el salón, mientras le preparas el baño, haría la cena de ambos al tiempo que terminas con el ritual de acostar al peque, para poder cenar frente al televisor, quizás discutiríamos un poco por el volumen de la película o por saber a quién le toca darle el masaje al otro, pero terminaríamos riendo, escuchando esa risa que tienes a la cual nunca le pude negar nada, ósea que al final, terminaría con tus piernas encima de mi regazo, acariciándolas como a ti te gusta mientras llega el final de la película; viendo juntos cómo pasa el tiempo, como nuestros rostros se llenan de arrugas, esos niños crecen, como la vida nos va tratando, pero juntos.

Un chasquido seco me saca de mis pensamientos, le doy un último trago apurando las pocas gotas de cerveza que quedaban en la copa, apago la colilla saco del bolsillo las pocas monedas que en el llevo y regreso a casa, a la vida que nunca imagine tener…

Como he dicho antes esto solo es un relato, un trozo de mí para mi campanilla que hoy al cruzarme con ella me pidió, espero que te guste, gracias por todo.
25 de Marzo del 2010


Hoy me voy a referir a una frase encontrar en una de esas redes sociales de internet, “prefiero llorar con verdades que reír con mentiras”, la verdad es que la frase no tiene desperdicio; creo que podría afirmar que la verdad es el santo grial de todos nosotros, no paramos de afirmar que buscamos personas sinceras, que somos lo más sinceros del mundo que no soportamos las mentiras; pero a la hora de la verdad, ¿seriamos capaces de vivir sin mentiras? ¿soportaríamos un mundo, una sociedad, una relación sin mentiras?, me temo que sería imposible, es una forma de autodefensa que nos diferencia de los animales, con las mentiras creamos una barrera infranqueable donde somos los amos y señores de esas mentiras, en la cual nadie nos puede dañar; como norma cuando somos pillados en una mentira lo utilizamos como escudo, reaccionamos mal y al final recurrimos a las medias verdades y a la excusa de no querer causar daño (otra vez mentira), está claro que esta acción va implícita en nuestro genoma, no cabe una sociedad humana sin mentiras, máxime cuando se trata de amor o de sexo. Cual Cirano me he sentido a lo largo de los años, escondiendo mi verdadera esencia para no ser desplazado al comprobar que con la verdad como bandera nunca se llega a buen puerto, con el paso de los años aprendí a aceptarme a mí mismo tal como soy y enarbolo la bandera de mi propia libertad a la hora de expresarme, caiga quien caiga, pero como muchas veces he dicho, yo mentir no miento pero es cierto que omito la verdad…

Con el paso de los años las cartas de la vida se van descubriendo, creo que al final nos da igual las cartas de los demás, si estas no son favorables a las nuestras, es más, solemos mal humorados cuando descubrimos esa mentira a sabiendas que la nuestra no es mejor, sinceramente somos animales muy paradójicos, que sin tener un buen manual es difícil comprendernos; ¿de verdad seriamos más felices sabiendo que la persona que amamos nos miente? ¿Seria mejor la vida conociendo lo que todos realmente piensan de nosotros?, yo prefiero remitirme a otra frase “vendita ignorancia”…

lunes, 22 de marzo de 2010

22 de Marzo del 2010


no se puede separar la vida del amor, y esta es como un viejo tango callejero, arrabalero y fugaz... donde ambos luchan por contener la pasión que en ciertos momentos se desboca y enloquece a quienes se dejan llevar, culminando en un llanto desconsolado por no poder olvidar es viejo tango callejero que marco sus caminos...

me pareció un buen comienzo para narrar esto que hoy me ronda por la cabeza; fueron tantas las mañanas, tantos fines de semana al despertar con esa música criolla que de alguna forma tendría que haber marcado mi infancia; pero pobre necio de mi, que por aquel entonces renegué siempre de mis orígenes por derecho de cuna. A un resuenan en mi cabeza aquellas notas de tangos y candombe que mi viejo ponía para amenizar las mañanas de los fines de semana en mi infancia, y que afortunadamente sigue con su costumbre de emigrante al que solo le quedan sus recuerdos y esa música que incansable repite uno y mil sábados, mientras ojea el periódico y se acompaña con las imágenes de la televisión muda, incapaz de competir con las notas musicales de toda una vida. Mientras desayuno, le imagino en su juventud, yendo de un lado a otro, siguiendo a aquellos tamborileros, emocionado y satisfecho acompañando a aquellos criollos entonando sus cantos, representando el carnaval de Uruguay.

Reconozco que no es música de mi devoción, que soy incapaz de sentir lo que el viejo siente nada más empezar a sonar las primeras notas; si tuviera que elegir, sin duda elegiría el Tango, esos cantos que como he dicho al principio, son imposibles de separar la vida del amor, cantos de almas perturbadas, doloridas, almas heridas por un amor desgraciado, bien sea por esa mujer que no han podido conseguir, por esa mujer que han perdido, o por el amor de su tierra lejana; y es ahí donde hago hincapié, cada vez que escucho al maestro de tangos, cada vez que tengo el placer de oír su voz recitando “volver”, la imagen que me viene es la de mis viejos, se me llena el alma de emoción y los ojos se me cristalizan al pensar lo que por sus corazones pasa cada vez que recuerdan a Gardel. Quizás sea por el comienzo de la primavera, que me hace sentirme algo mas melancólico si cabe, o simplemente porque necesito decirles que les quiero, que si algo ha marcado mi infancia han sido mis viejos, personas inolvidables, entrañables, lo mejor que me ha podido pasar en la vida; y si algo tengo que agradecerles es el amor incondicional que me han brindado, y eso, eso no lo canta ningún tango. Gracias por hacerme como soy… os quiero
http://www.youtube.com/watch?v=uEAq4c5h2Vw

lunes, 15 de marzo de 2010

15 de Marzo del 2010


¿Cuándo murió la verdad? ¿Y porque a mí nadie me dijo nada?

En estos días ya se puede ir previendo el final de este implacable, gélido e interminable invierno; ya la reina de los fríos sabe que perderá la última de sus batallas frente a la pacifica primavera, pero sin antes darse por derrotada arremete con sus últimos coletazos cual fiero animal herido, otorgándonos con inhóspitas noches, intempestuosas y frías. Son estos días extraños por la paradoja de tal batalla, no sabiendo bien a qué atenernos, de no saber bien como decantarnos hacia uno de estos dos titanes, aun temerosos de la implacable reina del frio o jubilosos acogiendo a la infanta del buen tiempo; sea como fuere cargaremos con los abrigos bajo el brazo preparados para embutirnos en ellos cuando fuere necesario, al caer el sol ya no somos almas jubilosas, ya tan solo seres grises escondidos dentro de nuestros hombros con prisas hacia un refugio cálido. Y esta es la sensación que recorre mi mente, ver a todos, vernos todos como seres que no se decantan ni a un lado ni al otro, sin tomar partido de nada de lo que nos rodea, como si con ello pudiéramos perder la esencia que nos hace que seamos nosotros mismos; frente a los demás no somos capaces de tomar partido alguno, frente a los demás nos comportamos como críos egoístas que son incapaces de tener un simple gesto altruista por el prójimo.

Ya que soy yo el que escribe este seudo diario, ya que estas son mis palabras, mis pensamientos plasmados en estas hojas virtuales, permitirme amigos lectores que me desvincule de esas personas, me tomare la libertad de un toque egocentrista para no meterme en el mismo saco que la mayoría, no es que yo conozca a la mayoría de la población, ni tampoco tengo estudios suficientes como para aportar prueba alguna de lo que voy a relatar en estas líneas; tan solo es un pensamiento, una idea que me reconcome precisamente en estas fechas; la idea de sentirme diferente a toda esta mierda de movida que nos rodea en estos tiempos, movida libertaria, frenética, egoísta, mentirosa y repulsivamente insensible; si!, carente de todo sentimiento, a excepción de uno, del propio sentimiento por satisfacerse a uno mismo, sin miramientos hacia para los demás, disculpándose con una simple frase, la cual realmente no significa nada, más que un falso escudo de cristal “esto es lo que es y yo no te prometí nada”; ¿Qué es lo que realmente pretende el ser que acuña tal frase? ¿Qué clase de persona creería realmente que tales palabras es un buen parapeto mas allá del propio significado de cada palabra?, no es más que un ser que en pos de la libertad de los tiempos, enarbola la bandera de la libertina libertad personal, ¡follar por follar!.... uffff! Pido perdón por tales palabras que tendría que haber medido y comedido antes de escribirlas, recordando a un gran filosofo contemporáneo “la ira lleva al odio, el odio al miedo y el miedo al lado oscuro” así que intentare explicarme mejor sin excederme con las palabras.

Esta sociedad actual que conocemos, más que nada porque es la que nos toca vivir, se está yendo por el desagüe y al parecer a nadie le afecta, entiendo que esta es la sociedad heredera de una que fue sometida durante cuatro décadas, que tuvo que aprender mirando a sus vecinos europeos y soñando con el día en que fueran ellos los que vivieran sus propios sueños; entiendo que aquella sociedad fuera ñoña, melancólica y demasiado sentimental; donde el número uno en las listas de ventas podía ser cualquiera que cantara al amor, el actor que enamoro durante años fuese el galán de turno pero que al final hacia feliz para siempre a la prota, y donde triunfaban las novelas rosa. Pero es que hoy no es muy distinto de aquel panorama, los más vendidos son los mas románticos (bisbal, Bustamante, Chayan, etc) las telenovelas de amores imposibles triunfan a cualquier hora y con los libros, bueno todos sabemos que Corín Tellado no volverá a escribir pero sus libros se venden como rosquillas; a mi entender seguimos siendo los mismos melancólicos, románticos que éramos siempre y posiblemente lo seremos mañana, somos una sociedad que llora y lamenta esos males de amores de canciones, películas, series o libros que nos venden, no solo los repudiamos si no que en nuestro aforo interno pedimos que nunca nos pasen, pero a la hora de la verdad, salimos a la calle, nos relacionamos con los demás y de todo eso que nos conmueve el interior desaparece en pos de alimentar nuestros instintos sexuales, y es cuando enarbolamos esa maldita bandera libertina del más burdo egoísmo. En esos momento en los que corre la adrenalina sexual por sus venas, da igual la estrategia que utilicen con tal de conseguir lo deseado, son en esos momentos en los que aparecen los príncipes y las princesas, perfectos seres capaces de agasajar de todas las formas a la presa deseada, son los mas simpáticos, los más bellos, los más educados, los que mejor bailan y hasta si es necesario con los que compartirían toda su vida, pero solo hasta que se cansan, hasta que en sus miras aparece otra-o que mueva esa adrenalina por sus venas.

Ya digo que yo me desvinculo de esos príncipes y princesas, más bien yo tendría que crear la figura del bufón, si mas bien es en esa figura donde encajo mas, ni bailo, ni soy guapo, ni alto, ni fuerte, ni tengo un pelazo de película, más bien uno es feo, bajito, gordo y escaso de pelo; pero el cual escucha y está en los momentos en los que esos príncipes necesitan ser escuchados y alentados, en esos momentos es cuando al bufón le regalan con un tiempecito, un protagonismo en esta sociedad, pero al cual le recuerdan claramente donde tiene que estar, han sido tantas las veces que uno ha escuchado lo bueno que fue menganito, o lo genial que ha sido fulanito, y hasta que pascual hubiera sido el de su vida, que a pesar de ser el bufón pienso que hay que respetarlo, pero claro si esos príncipes no son capaces de respetarse a sí mismo y a sus ideas, no podrán nunca dar respeto a otros. Como mero espectador de toda esta mierda de movida social que nos rodea, de todos estos engendros egoístas, incapaces de sentir mas allá de ellos mismo, de príncipes y princesas vividores de mentiras emocionales, yo como bufón me canse ya de besar princesas que acaban convirtiéndose en ranas, me canse de perseguir palabras llenas de ilusiones, y de comer de las migajas que por lastima le dejan a uno, que entiendo que cada uno es libre de vivir su propia libertad y hacer con ella lo que mejor le plazca, pero eso no es más que una gran mierda que por mucho que quieran adornarla ni olerá mejor ni dejara de ser una mierda.

Ufffff al final me olvide del maestro Yoda, ya sabéis “la ira lleva al odio…..”, al final me fui al lado oscuro, pero bueno, realmente me da lo mismo porque los bufones como norma estamos siempre fuera de escena hasta que somos reclamados….

Feliz entrada de primavera para todos y un mejor verano.

jueves, 4 de marzo de 2010

Jueves 4 de Marzo del 2010




Es curioso pero cuando uno necesita encontrar el camino cree ver señales por todas partes; mientras escribo estas líneas voy mirando “cosas que hacen que valga la pena vivir”, no es más que una película española donde los protagonistas intentan encontrar el camino hacia una vida que valga la pena vivirla; yo me centro mas, como es normal, en el protagonista, un tío simplón, intentando creerse algo especial, quizás como todos, un pobre hombre intentando demostrarle a ella que vale la pena intentar comenzar una relación, quizás como todos; sin reparar que uno no puede dar lo mejor de uno mismo si no es capaz de perdonarse a sí mismo y marcar un punto y aparte, quizás… como todos. Esto me hace volver al principio, “cosas que hacen que la vida valga la pena” casi podría decir que en mi caso sería una lista prácticamente interminable, porque para mí esas cosas son diferentes según el momento, según las circunstancias, según el color del cielo al despertar; esas mismas cosas me llevan a darle vueltas a lo que me ronda la cabeza toda esta semana, hace un año por estas mismas fechas me encontraba en Campo soto, un centro de adiestramiento, a donde fui a parar por huir, por salir corriendo de mi propia vida, en pos de lo que en aquel momento creí a pies juntillas la solución a todos mis problemas, la panacea de mi camino arduo y descalabrado; mas allá de la solución, que pronto me di cuenta que no sería esa, encontré algo mucho más importante, encontré algo que jamás hubiera pensado encontrar entre aquellos muros y vestidos de verde; un grupo de hombres y mujeres que me costara dos vidas olvidar, desde el primer día aunque no con todos forjamos una amistad limpia, sincera, como pocas puede uno encontrarse a lo largo de su camino, quizás porque nos encontrábamos en el mismo punto todos o porque quizás nos junto el mismo sentimiento hacia tan noble institución, o simplemente, por la distancia de los seres queridos, sea como fuere, esas personas se me pegaron a corazón y en estos días es cuando más les echo de menos, en estas fechas es cuando más recuerdo cada segundo de aquellas dos semanas, en aquel cuartel en tierras gaditanas, donde fui a pasar las dos semanas que representarían un punto y aparte en mi vida, y sin quererlo se convirtieron en un nuevo capítulo, en personajes que me acompañaran el resto de mi vida sea cual sea el camino que tenga que recorrer.

En nuestro primer aniversario de promoción os doy las gracias a todos y cada uno por las horas vividas allí, por esas tardes de café en la cantina, por esas noches de risas antes de dormir en la camareta, por los paseos por la explanada frente a los dormitorios o simplemente por compartir un cigarrillo sentados en un banco de madera al pie de una farola de luz amarilla esperando la hora en que se abrían las puertas del comedor.

No voy a enumeraros a todos para agradecer todos y cada uno de los segundos que compusieron aquellas dos semanas, así que simplemente agradeceré a la 2ª promoción de Marzo del 2009, besos y abrazos para todos, sin vosotros nada de aquello hubiera sido lo mismo.

Y a mí mismo si tengo que enumerar “cosas que hacen que valga la pena vivir” en estos momentos, sin dudarlo, en estos momentos de rememoración, fueron ellos, esa segunda promoción del 2009, que guardo en un lugar muy especial en mi corazón; quizás mañana podría afirmar que simplemente el despertar y asomarte a la ventana ya hace que valga la pena vivir la vida.

viernes, 19 de febrero de 2010

Jueves 18 de Febrero del 2010


Casi a a cinco días de mi regreso de la antigua ciudad de Constantinopla, de la última frontera del imperio Europeo, allí donde todos los sueños tienen su propia historia, ya solo me queda sentarme a recordar, a intentar ordenar lo que fueron vivencias mezcladas con el aroma de las leyendas, esas leyendas que recorren sin apenas ser apreciadas por cada rincón, por cada piedra que forman la ciudad de Estambul; a mi llegada a aquel tan diferente mundo, no podía jamás prever lo que me traería guardado en mi corazón, sus monumentos, sus calles, sus establecimientos y sus gentes, todo un conjunto que la hace diferente y atractiva para todo el viajero con hambre de conocer; sinceramente tenía la sensación de encontrarme con una ciudad masificada y en donde la pobreza, la inseguridad o el timo seria el pan de cada día, nada más lejos de la realidad, apenas uno aterriza le embriaga la sensación de surrealismo que pasean por sus calles, desde los “taksis” que recorren a velocidades vertiginosas por los adoquines que empiedran las vías, con sus conductores que son capaces de conducir leyendo un mapa y hablando por el móvil sin más seguridad que dos dedos prendidos del volante para gobernar ese vehículo que se va desplazando al doble de la velocidad que les indican unas cutres señales pintadas y olvidadas de repasar en un escaso asfalto de una autovía maltrecha, o quizás, salir del hotel en busca de algún sitio donde silenciar el sonido incesante de un estomago hambriento, y sin más, dar con “El torito” un restaurante donde a uno le hacen sentirse en casa, y no tan solo por su cocina, si no por poder cenar al son de Marc Anthony y porque sin darse uno cuenta termina la velada en un pub que nada tiene que envidiar a los nuestros, en el cual es muy fácil tararear las canciones que el dj van sucediendo una tras otra, Bebe, Macaco, los Gipsy King, el barrio o cualquier otro del panorama nacional Español que acompañan el final de la primera noche en la frontera de dos continentes.

Tengo que plasmar que en esa magnífica semana nada ha cambiado en el mundo, ni siquiera en mi vida, sigue siendo a mi pesar, la misma que antes de emprender el viaje; si algo ha cambiado es mi forma de mirar aquella frontera, mi manera de imaginar un mundo del cual estamos llenos de prejuicios, los cuales se te van olvidando al paso de las horas que uno disfruta con tan solo ir caminando por sus calles y dejándose llevar por esas leyendas que deambulan por cada piedra de aquel mundo. Al igual que aquella última noche fría que pase allí, sentado dándole la espalda a la gran Mezquita Azul, rememorando cada minuto de una magnifica semana, en una ciudad donde nada es igual, donde la noche nos hace recordar que allí es navidad siempre, y estando en ese banco sentado, aguantando la gélida brisa de invierno, pude entender lo muy confundidos que estamos casi todos, ellos, los habitantes de la antigua Constantinopla han sabido cohabitar y encontrar el equilibrio con toda cultura, sea visitante o residente en la última frontera de Europa.

Quiero darte las gracias a ti por hacer realidad este sueño, por ser como eres y por dejarme ser tu amigo…

jueves, 28 de enero de 2010

Martes 27 de Enero del 2010


A diez minutos del final del día y a veinticuatro horas de la única fecha que me produce inquietud, vuelvo a estar aquí sentado, frente a esta pantalla en blanco intentando expresar esas pequeñas cosas que van pasando por mi vida, esas cosas que me suceden mientras espero que suceda algo, algo que por fin le dé sentido a todo. Últimamente, como cada año por estas fechas, estoy en la tesitura de no querer acordarme del día, de intentar omitir por todos los medios que llegue mi cumpleaños; mirando atrás en el tiempo es increíble cómo han ido cambiando las cosas, como he ido cambiando de forma de pensar y de verme a mí mismo, recordando tiempos mejores, esperaba ansioso la llegada de mi natalicio, incluso me regodeaba imaginando como sería una simple cena o una reunión de amigos y familiares para conmemorar tan señalo día; hoy por hoy, hasta pagaría por saltarme la fecha, pagaría por ser borrada de los calendarios, con el simple afán de evitar el paso del tiempo, que sin duda es cruel e inexorable, se que uno de mis millones de defectos es no saber hacerme entender con lo que pienso, sé que muchos de los que leáis estas líneas no entenderéis nada de lo que en ellas pretendo reflejar, pero así soy yo, luchador de la vida a sabiendas que la perderé.

Como bien escribo en su día Calderón de la Barca, no hay mejor explicación para una vida de sueños y para estos sueños de vida…

“Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos;
y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
de estas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.”

No sé si con esta pequeña pincelada de una de las obras teatrales que mas me gustan, pude dejar claro lo que en algún momento me pasa por la cabeza o como me siento; la verdad es que desde algunos años siento mi vida igual que Segismundo, nada le parece real hasta el punto de confundir la vida con los sueños, en mi caso algo difiero, para mi aquello que viví en tiempos mejores ahora los veo como sueños.

Este año al igual que otros pasados, en el día de mi cumpleaños no habrá velas, no habrá pastel donde ponerlas, pero en mi corazón, en mi interior soplare otra vez, aquellas del dos mil uno, y otra vez, el deseo que este año será el que marque la diferencia, será este año en el que deje de soñar para poder vivir la felicidad.

Gracias Elena por la foto que he puesto al lado de la obra de Calderón, me ayuda a definir mejor lo que a mi entender es un sueño.

martes, 19 de enero de 2010

UNA ACLARACION SIN NECESIDAD

Martes 19 de Enero del 2010


Hoy es creo recordar la primera vez que escribo en este blog siendo aun de día, me resulta extraño no estar en mi casa, frente al portátil, con la única compañía de la televisión, un cenicero y el paquete de tabaco; pero tengo la necesidad personal de plasmar en este trocito de ciber espacio, en el último territorio libre que nos queda algo que me ha estado inquietando este último fin de semana. Sé que no me tengo que justificar ante nadie, ni darle explicaciones de mis actos a ninguno, pero creo que llego el momento de contar la historia desde mi lado del cristal.

En esta maravillosa isla donde resido, y no lo digo con acritud, si no con todo mi agradecimiento como ya escribí en alguna otra ocasión; en fin, por cuestiones del destino me toca vivir aquí, hay una tendencia a que todo el mundo sepa de la vida de los demás, hay una parte de esta sociedad que necesita saber vida y milagros de sus convecinos, supongo que así es mucho más fácil etiquetar actitudes o vidas ajenas. A mi particularmente siempre me dio igual lo que pensaran los demás o las etiquetas que me colgasen, pero reconozco que no todo el mundo es como soy yo, que hay personas que si les importan esas etiquetas y hasta son capaces de cambiar su forma de ser o su forma de vivir (al menos públicamente) con tal de no ser comidilla de esa sociedad marujista; y con esta puntualización voy a lo que me hace escribir estas líneas, a mis oídos a llegado el rumor de las marujistas y la duda de si soy o no soy el novio de Mari, pues mi respuesta es que no, no lo soy, tan solo somos amigos, por mi parte es mi mejor amiga, con la cual comparto muchas cosas buenas, y con la cual he tenido la fortuna de poder ser yo mismo, de expresarme libremente sin miedo a ser juzgado, si no todo lo contrario hay momentos en los que me siento comprendido y eso para mí es importante. Nooooooo! Señoras y señores marujistas, en estos momentos y desde el instante en que me separe no tengo pareja, no encontré esa persona que llenase mi vida o pudiera sustituir a la mujer que un día deje escapar; espero que con esto, que no tenía ninguna necesidad de aclarar al menos por mi parte, queden mas tranquilas algunas conciencias y se callen algunas lenguas, aunque pensándolo mejor, se que esa parte de la sociedad inventara o tergiversará cualquier otra cosa para poder seguir hablando vipéreamente de la vida de los demás. Siempre habla quien mas tiene que callar, pero supongo que eso pasa en todas partes donde la mentalidad es pueblerina; como dice mi madre “pueblo chico infierno grande”…

lunes, 4 de enero de 2010

Lunes 4 de Enero 2010


Ya se acerca la noche más mágica del año, la noche en la que todos desearíamos volver a ser niños y así creer en la magia de unos seres que por ser buenos nos recompensan con regalos; aun recuerdo aquellas noches de reyes junto a mi hermana, preparando un cuenco de agua para los camellos, con algo de paja y algún refrigerio para sus majestades los magos; el latir de mi corazón al meterme en la cama esperanzado y ansioso por el correr de la noche; rememoro los intentos por no dormir para poder ver como se colaban en casa para dejar los regalos bajo el árbol, intentos fallidos puesto que siempre sucumbía al cansancio y solo me despertaba al susurro de mi hermana a la mañana siguiente. Que buenos momentos aquellos, que aunque no recibiera lo que pedía siempre era una alegría ver los regalos bajo el árbol, era más la satisfacción de saber que de uno no se habían olvidado y pese a lo que yo mismo creyese había sido lo suficientemente bueno como para no recibir carbón. Todo aquello con el tiempo lo dejamos a un lado, empezamos a ser mayores a no tener tiempo para la fantasía, olvidamos que lo importante es creer en la magia y un buen día ya no escribimos la carta a los reyes magos; pues bien, yo hoy quiero retomar aquella costumbre, quiero escribir mi carta, quiero volver a creer en la magia de una noche en la que todo es posible si de verdad creemos o quizás solo sea un delirio de una mente ya inestable, no sé lo que es pero tengo la necesidad de hacerlo.

Queridos Melchor, Gaspar y Baltasar:

Este año no fue del todo bueno, se que la culpa es mía, que en alguna ocasión perdí los papeles y que no me comporte como tendría que haberlo hecho dentro de una correcta forma de ser, no tengo disculpas frente a los momentos de mala educación o de mal rollo que hubo, no hay forma de defender ciertas actitudes que tome en momentos determinados y mucho menos si con esas actitudes uno termina agrediendo a los demás; pero pido perdón de corazón por todos y cada uno de esos momentos, y que sepáis que no hay día que no me arrepienta de todas esas cosas. Por ello os pido que en este año me traigáis, más paciencia, me regaléis un toque de reflexión antes de actuar y algo más de fe para afrontar todo el año.

No me quiero olvidarme de los míos, y para ellos les pido que sigan como hasta ahora, llenos de amor, de vida y si puede ser de algo más de dinerillo que no les vendría mal; pero ante todo que sigan siendo como son, que ya saben ellos que son fantásticos que gracias a ellos uno sigue teniendo ganas de seguir adelante.



Bueno supongo que algo de todo esto me traerán, que afrontare este año, esta nueva década con algo más de fe en todo y esperanzado en un cambio a mejor, que ya toca. Y para ti, que ni sé si lees esto te deseo lo mejor, que bajo tu árbol encuentres todo lo que has deseado que los reyes no se olviden de ti; y mira bien bajo ese árbol, en un rinconcito hay un beso de mi parte y un deseo que nunca te olvides de mi…

Feliz noche de reyes para todos…

viernes, 1 de enero de 2010

Viernes 1 de Enero del 2010


Lo primero es felicitar a todos los lectores el año nuevo, desearos que en esta nueva década realicéis todos los buenos sueños que tengáis y que nada os salga mal.

La verdad que cada fin de año es igual, al menos para mí; después de las uvas, del brindis, de los correspondientes besos con la familia y poner cara de esperar un repentino cambio vital, minutos después, todo sigue en su sitio y marchando de la misma forma. Aunque para ser sincero algo fue distinto a todos los años, no hubo ropa interior roja, ni anillo de oro en la copa, ni un simple deseo al llevarme la copa a los labios con el primer brindis; con ropa de andar por casa y con la única ilusión de estar con los que de verdad me quieren incondicionalmente, después, bueno lo de después casi que fue un arrebato, mi primera intención fue quedarme en casa (la verdad es que no me encontraba del todo bien) pero dejando mi mal estar físico a un lado, me vestí con mi color favorito, ¿Por qué me gustara tanto ir de negro?, Salí como he mencionado antes por mero arrebato, ilusionado por reencontrarme con sentimientos o situaciones de antaño, pero nada más lejos de la realidad, después de la segunda copa, solo en la barra del bar caí en la cuenta que todo el que pasaba por mi lado miraba percatándose de mi soledad; en cualquier otro momento, en cualquier otra fecha que un tipo este solo en la barra de un bar ni se nota, pero una noche como la de ayer, la primera noche del año, eso se nota, esperando que me pregunto, quizás esperando el milagro de la navidad, que por alguna extraña razón nuestros pensamientos se hubieran cruzado en el firmamento y hubieran corrido a juntarse en aquel bar, los dos frente por frente celebrando no solo la primera marcha del año, sino también el deseo unisonó de pasarlo juntos; pero nada de eso sucedió, nada sucede como yo imagino, nada pasa cuando lo sueño con tanto ahincó, y allí estaba yo, en la barra, aguantando un vaso viendo a la gente pasar. Quizás este año si sea diferente, quizás esta sea la década del cambio, quizás el empezar con luna llena, con viento del norte y con la mente despejada, haga que las cosas cambien, que por fin esta nao de mi vida llegue a buen puerto, quizás ese sea mi deseo, mi brindis, mi propósito de año nuevo y con ello que alguien se dé cuenta que ni soy tan malo, que tampoco soy tan feo y que luche, porque vale la pena tenerme a su lado.


Pero al igual que un barco varado en la arena, comido por el oxido, pierde su escaso tiempo soñando con navegar; a sabiendas que sin un buen capitán jamás va volver a la mar. Así son mis sueños, así mis esperanzas y así seguirán siendo mis venideros días; varado, en la barra de un bar esperando que mis deseos alguien los escuche en la inmensidad de la soledad…

Feliz primer día de este año que da comienzo a una nueva década, donde todo es posible si os atrevéis a soñar.